lunes, 15 de julio de 2013

LA TRANSFORMACIÓN DE LA CIENCIA Y TECNOLOGÍA
A mediados del siglo XIX y las primeras décadas del S.XX se dan grandes transformaciones en el ámbito de las ciencias, la tecnología, las artes y la cultura en general; es la era de la confianza en la ciencia y el progreso. La vinculación tecnológica que surgió con la revolución industrial se afianza. Nuevos avances científicos y tecnológicos, así como su aplicación en los sistemas de producción, por ejemplo en la utilización de su aplicación en los sistemas de producción por ejemplo en la utilización de nuevas fuentes de energía como petróleo y la energía eléctrica, han llevado a autores a hablar de una segunda revolución industrial en este periodo. 
Entre la desaparición del mundo antiguo y el surgimiento del mundo moderno transcurrió un milenio que conocemos como edad media. Esta es una división inexacta, además de incorrecta, pues como acabamos de presentar, el Imperio Romano, en la mente de sus ciudadanos, perduró hasta la caída de Constantinopla, en 1453, fecha que se considera como el final de la edad media. Por otra parte, el mundo moderno se inicia, como también ya se mencionó, en el primer “renacimiento” cultural, con Alcuino, durante el reinado de Carlomagno. Sin duda, el resurgimiento de las ciudades, el comercio y las vías de comunicación desde inicios del siglo XII, inmediatamente después del contacto del cristianismo con el mundo del Islam, produjo un segundo renacimiento occidental que tiene en la catedral gótica y en la universidad, su maravillosa concreción mostrando irrefutablemente que la nueva cultura se iniciaba con carácter definido y diferente de toda cultura anterior. 
Es por esto que el inicio del mundo moderno se da en el mundo árabe, con Bagdad como primer centro de innovación científica y tecnológica, producto de la confluencia de las principales civilizaciones antiguas. Es en Bagdad donde fructifica la diversidad de culturas, china e hindú desde el oriente, iraní y árabe en el centro, griega y romana desde occidente. Durante 400 años Bagdad fue la sucesora de Atenas y Alejandría como centro del conocimiento. Las invasiones sucesivas de turcos y cristianos, primero los selyúcidas, luego los cruzados, las devastaciones de los mongoles y por último, la conquista de los otomanos, darían fin a ese esplendor. 
El contacto de Europa con los árabes, tanto en España con la toma de Toledo en 1070, como con las cruzadas, iniciadas en 1096, tuvo como efecto el retorno de Aristóteles al pensamiento cristiano, que culminaría en la monumental Summa Teológica de Tomás de Aquino, quien produce la síntesis del pensamiento platónico presente en el cristianismo desde San Agustín, y el aristotelismo conservado por sus fervientes admiradores del mundo árabe. Así, este período se caracteriza por un renovado interés en el estudio de la naturaleza. 
Tres tecnologías venidas desde la China y transmitidas por los árabes, serán indicativas del poder de transformación de la ciencia y la tecnología en el mundo moderno. La pólvora demostraría que el dominio de conocimientos sobre el comportamiento de la naturaleza tiene repercusiones militares y políticas ineludibles. La brújula permitirá la exploración del planeta, y será, sin duda, el descubrimiento de América, el hecho más importante y trascendental en el devenir de la cultura: el inicio de la globalización. Pero será el poder de la imprenta, del libro escrito (papel, tinta, caracteres móviles, libro, todo procede de China), el que impulsará la transformación del mundo a la modernidad

 

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