TEORIAS DEL ORDEN SOCIAL
POSITIVISMO
Es una corriente o escuela filosófica que afirma que el único
conocimiento auténtico es el conocimiento CIENTÍFICO, y que tal conocimiento
solamente puede surgir de la afirmación de las teorías a través del método científico.
Deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador
francés Saint-Simon primero, de Augusto
Comte segundo, y del británico John
Stuart Mill y se extiende y desarrolla
por el resto de Europa en la segunda mitad de dicho siglo.
ESTA CORRIENTE TIENE COMO CARACTERÍSTICAS:
No cuentan las interpretaciones
Inductivas
Método
Razón instrumental
Metodología
Pruebas documentadas
COMTE PRESENTA A LA HISTORIA HUMANA EN TRES FASES O
ESTADIOS:
- ESTADIO TEOLÓGICO O MÁGICO: Corresponde a la infancia de la humanidad; en esta época las personas dan explicaciones mágicas de los fenómenos naturales, para comprender el mundo y técnicas mágicas para dominarlo.
- ESTADIO METAFÍSICO O FILOSÓFICO: Las explicaciones son racionales, se busca el porqué de las cosas, y se sustituye a los dioses por entidades abstractas y términos metafísicos.
- ESTADIO CIENTÍFICO O POSITIVO: El conocimiento se basa en la observación y la experiencia, y se expresa con el recurso de la matemática. Se busca las leyes de la naturaleza para su dominio técnico.
Corrientes positivistas
Entre las corrientes positivistas se puede
mencionar al:
ESTRUCTURAL
FUNCIONALISMO
Esta
corriente surge a finales del siglo xix cuyos representantes fueron Émile
Durkheim, Bronislaw Malinowski, y Alfred Regunald. Radica en una combinación de
la tesis del estructuralismo y del funcionalismo; el eje principal de sus
investigaciones son las expresiones culturales evidenciadas en normas y
valores.
Señala
que existe una serie de funciones indispensables para la supervivencia de una
determinada sociedad, entre ellas la producción de bienes la distribución, la
reproducción cultural, entre otras. Ha sido considerada por algunos críticos
“una corriente de la burguesía” cuya finalidad es sostener el sistema capitalista,
o por lo menos de la clase media alta.
En
lo normal el eje principal de sus investigaciones son las expresiones
culturales evidenciadas en normas y valores. Por ello, su espíritu polivalente
se interesa por las innumerables facetas de la complejidad de los grupos,
instituciones y sociedades que obran a lo largo de la historia.
Sus estudios
rigurosos acerca de los problemas que afectan a los seres humanos presentan
siempre un esfuerzo teórico cuya finalidad es la búsqueda de soluciones
prácticas, en un empeño por integrar dos grandes objetivos:
1.
considerar los hechos
sociales como cosas, estudiarlos de manera positiva como se tratan las
cuestiones técnicas, biológicas o médicas.
2.
Estudiar la vida social de
manera normativa, como se tratan las cuestiones filosóficas, morales y
religiosas.
CULTURA DEL CONFLICTO Y
DIVERSIDAD CULTURAL
La teoría de Albert expuesta en este artículo pone
de manifiesto la capacidad de la ley para convertir interés en valor, y sirve
de punto de partida para realizar un análisis sobre las implicaciones que ley,
valores e intereses tienen en los conflictos que tradicionalmente han tenido
lugar en las sociedades occidentales. Generada dentro de un determinado ámbito
socio-cultural, la ley de los estados democráticos occidentales reproduce la
abstracción, el simbolismo y la instrumentalidad características de dicho
ámbito. Resaltados tales conceptos clave, en este trabajo se plantea una
reflexión sobre la operatividad que la ley, como mecanismo de resolución de
conflictos, así como otros mecanismos no legales de resolución, poseen en las
actuales sociedades occidentales de las cuales se predica ya su
multiculturalidad; una segunda reflexión versa sobre las relaciones entre
pluralidad cultural y conflicto.
El fenómeno de la diversidad cultural en el aula nos introduce en la
ardua tarea de la construcción de un paradigma de pensamiento sobre la
diversidad capaz de considerarla como valor y riqueza.
Los procesos de globalización acelerados en las últimas décadas dejan al descubierto que nos encontramos ante un hecho social innegable: la diversidad cultural o la pluralidad de culturas. No obstante el hecho de las diferentes culturas que conviven y los rasgos que las caracterizan aún se encuentran lugares del mundo con planteamientos contrapuestos al reconocimiento de las singularidades o situaciones de reconocimiento de superioridad sobre inferioridad de determinados grupos culturales.
Por esta
razón el fenómeno de la diversidad cultural en el aula nos introduce en la
ardua tarea de la construcción de un paradigma de pensamiento sobre la
diversidad capaz de considerarla como valor y riqueza. En semejante empresa
obviamente necesitamos implicar a la comunidad educativa al completo: Alumnado,
profesorado y familias.
Desde
esta óptica el aula se convertiría en un crisol de la comunidad y la diversidad
cultural un incentivo y un valor para la formación integral del alumnado, ciudadanos.
Conclusiones:
- La diversidad cultural es un fenómeno social actual y la construcción de la interculturalidad es una necesidad para la convivencia entre personas y pueblos.
- La diversidad cultural en el aula nos anima a la creación de valores universales buscando lo que nos une y tomando las singularidades como valor y riqueza y en esta tarea debe implicarse al completo la comunidad educativa.
- Las implicaciones educativas en la construcción de la interculturalidad tienen que ver con la metodología de aula; el currículum y la preparación del docente.
excelente información sirve de mucho
ResponderEliminarinteresante, el positivismo nos da a conocer que el único conocimiento auténtico es el científico el cual puede dar un juicio de valor o un criterio acerca de la filosofía y la ciencia y a su vez verificado por la experiencia.
ResponderEliminarComte nos presenta tres fases o estadios de la historia humana:
El estadio teológico o mágico que corresponde a la infancia de la humanidad; metafísico o folosófico en el cual se busca el por qué de las cosas, como la adoración a un dios; científico o positivo se basa en la observación y en la experiencia.